Monday, December 26, 2011


Datos del libro de historia y lectura editado en 1949 en La Habana, Cuba por el Dr. F. Armando Muñoz, impreso por P. Fernández y Cia., S. en C. Editores e Impresores Hospital Num. 619 - “Historia Local de La Habana - Grado Tercero”. En el día de hoy tratamos con las siguientres tres secciones, o capítulos: “El niño que interrogaba al mar”, “El mundo se agranda para los hombres de Europa” y “Colón y sus hombres arrancan su secreto al océano”: “Hace quinientos años Génova y Venecia, dos repúblicas en tierras de lo que hoy es Italia, eran las naciones de más activo comercio en Europa. Sus buques recogían en las costas del Asia que dan al Mediterráneo las mercaderías procedentes de lugares tan lejanos como la India y China, y hasta del Japón y numerosas islas a tales países adyacentes. Además de Génova y Venecia había otras dos naciones en Europa que, aun antes de que los turcos cerraran a genoveses y venecianos el camino hacia el este, realizaban numerosas exploraciones por el Atlántico, el temido Mar Tenebroso de aquellos días. Esas naciones eran Portugal y España. Poco se sabe en realidad del niño de que hablamos, de tal modo que otros lugares de Europa le disputan su cuna a Génova. Llamábase Cristóbal Colón, nombre que el Padre Las Casas creyó le diera Dios en vista de su destino. ¿Nos dice el buen Padre que Cristóbal quiere decir traedor o llevador de Cristo, y que Colón significa poblador de nuevo? ¿Y no le trajo el Cristo a los indios, y dando a conocer a éstos el evangelio y los sacramentos no pobló con almas nuevas los cielos?”

“Era Portugal, en los años de la juventud de Colón, tierra de marinos esforzados y audaces. El Príncipe Enrique el Navegante, hijo del rey, se propuso averiguar si los buques podrían llegar al lejano oriente y regresar con valiosos cargamentos, con menos gastos y esfuerzos que los demandados a genoveses y venecianos, con su sistema de caravanas a través del Asia y buques en el Mediterráneo. 6 años antes del descubrimiento de América doblaron los portugueses el Cabo de Buena Esperanza, y 6 años después de la hazaña de Colón llegaron a las costas de la India. Es seguro que la idea de Colón de llegar a la China, la India y a las islas adyacentes atravesando el Atlántico, si no es que nació, se afianzó por lo menos con su estancia en Portugal. Los que se han dedicado a indagar éste y otros particulares, no sabemos si en ocasiones para aminorar su gloria, dicen que Colón conoció en Portugal muchas cosas que fortalecieron su precitada idea. Pero si Colón conocía todas las leyendas y cosas que acabamos de referir y otras más, con seguridad que también las conocían otros muchos individuos de su época. Pero a él solamente se le ocurrió el viaje siguiendo con su nave la marcha del Sol y, para realizarlo, venció todos los obstáculos, entre los cuales no era el menor la idea arraigada entre la mayoría de los marinos de que el Atlántico era un mar tenebroso, abundante en tormentas, poblado de monstruos, en cuyo límite existía el abismo de la nada en el cual se precipitaban cuantos a él llegaran.”

“Colón va a convertir en realidad su sueño. Llegará a las tierras de las especias, las perlas, el marfil y la seda, navegando en la dirección que sigue el sol. Logrado su propósito, no podrán los turcos evitar el comercio de Europa con las regiones distantes del oriente India, China y sus islas cercanas. Su empresa le dará beneficios materiales y gloria, y a la nación que la haga posible, la preeminencia en el comercio marítimo.Ocho años antes de que descubriera la América, llegó Colón a España. Se dirigió a Sevilla en demanda de la alta protección de los Reyes. Nombraron estos una Junta de sabios cosmógrafos, es decir, de gente que sabía mucho de la tierra, para que hicieran en Córdoba el estudio de sus proyectos. La Junta los rechazó y los estimó la obra de un visionario. Más tarde, en Salamanca, explicó sus teorías a Fray Diego de Deza, profesor de la Universidad, quien las tomó en consideración, y lo recomendó a la Reina. Oyó la Reina con simpatía a Colón, mas le pidió dejara la realización de sus proyectos para después de la conquista de Granada. El 11 de octubre los signos de la proximidad de tierra se hicieron bien claros: ramas en flor sobre las aguas, aves que volaban como en demanda del cercano nido. Y en la mañana del siguiente día, el viernes 12 de octubre de 1492, Rodrigo de Triana, marinero de la Pinta, dio la voz de "¡Tierra!" El sueño de Colón, el visionario que de niño pasaba las horas interrogando al mar, se había realizado. La isla descubierta, llamada por los indios Guanahaní, fue bautizada por Colón con el nombre de San Salvador. Hoy los ingleses la llaman Watling. Descubrió Colón otras islas pequeñas, y el 27 de octubre de 1492 llegó a una mucho más extensa y bella que las anteriores, anclando en la desembocadura de un hermoso río. Hasta el presente no se ha podido precisar el lugar, siendo bueno advertir que Colón denominaba ríos a los puertos. Gibara, Bariay, Puerto Padre, Samá, Nipe, Baracoa, y otros, acaso con más probabilidades los dos primeros, se discuten ser el río y puerto que el Almirante llamó de San Salvador.”

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