Presentado en “Cosas de mi tierra”, en Guije.com, algunas secciones del ensayo en “Así es Cuba”: “Cuba y los Mangos de Baraguá”: “Cuba cuenta entre sus árboles monumentos, además del "Arbol de la Guerra" de la Demajagua, del "Arbol de la Paz" de Santiago de Cuba y del "Arbol de la Fraternidad" de La Habana, con los Mangos de Baraguá, bajo cuya sombra se escribieron, entre muchas, dos páginas de su historia de libertad, al grado de que obligaron a la República de Cuba consagrarlos como reliquias de su Historia, convirtiendo el área de terreno que los contiene en un parque que viene a ser, como una sala de su gran museo en plena naturaleza.
"Al amanecer del 15 de marzo de 1878, Maceo, seguido por pequeño, pero escogido grupo de jefes y oficiales, esperó, en los desde entonces históricos Mangos de Baraguá al general en jefe del Ejército Español. Tras corta espera llegó el general Martínez Campos, seguido de los suyos y al preguntar por el general Maceo, adelantándose éste se estrecharon las manos en afectuosa demostración de cordial simpatía. Allí estaban el representante del poder secular de la Metrópoli y el último campeón de la dignidad cubana en rebeldía, teniendo por techo el cielo y por asiento la hamaca de campaña. Nadie, al ver aquel cuadro de fraternidad y afecto, hubiera podido suponer que constituían el animado grupo, adversarios de diez años, que al separarse luego habrían de seguir siendo adversarios. Corta fue la conferencia y omiso todo acuerdo, Martínez Campos terminó manifestando que dentro de ocho días se romperían las hostilidades y habiendo contestado Maceo que, por su parte cuando quisiera, se separaron".
Pasados los años, en 1895, cuando ya muerto el Apóstol Martí en Dos Ríos, precisaba que toda la Isla se levantara en armas en pro de la independencia y de la libertad, bajo la copa frondosa de los históricos Mangos nuevamente se encuentra el general Antonio Maceo poniéndose al frente de los mambises que se juramentaron para llevar de uno a otro confín de la Isla la Bandera de la Estrella Solitaria emprendiendo aquella famosa Marcha de Oriente a Occidente que en la Historia Militar se conoce con el nombre de "La Invasión" y que duró desde el día 22 de octubre de 1895 en que salió de los Mangos de Baraguá hasta el 23 de enero de 1896 en que las tropas cubanas cumpliendo su promesa plantaron en el Ayuntamiento de Mantua, la Bandera de la Estrella Solitaria, después de caminar 424 leguas de uno a otro confín de la Isla, con lo que hicieron realidad aquella estrofa de su Himno Invasor”...
En el Calendario Cubano de Los Mangos de Baraguá - Entrevista de Antonio Maceo y Arsenio Martínez de Campos el 15 de marzo de 1878 por Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946: “Baldía fue la insistencia de Martínez de Campos para seguir la discusión alrededor de las bases acordadas en Camagüey y que pretendía hacer extensivas a Oriente. La actitud resuelta de Maceo y los suyos le hizo comprender que, aun cuando él se empeñaba en lo contrario, por el momento allí era inútil todo esfuerzo en favor de la paz basado en concesiones que estimaban vejaminosas quienes habían peleado durante una década por la independencia absoluta de Cuba. Martínez de Campos acabó por ceñirse a convenir con Maceo la fecha en que volverían a romperse las hostilidades. Quedó fijado el 23 de marzo. Tras un saludo, hecho militarmente, el jefe hispano se alejó de Baraguá con su comitiva. Los insurrectos comentaron con alborozo el resultado de la entrevista. Ya se aprestaban a reorganizar los elementos con que contaban para proseguir la ruda contienda en pos de la completa emancipación de Cuba y de los esclavos.”
En el Calendario Cubano de la Invasión Libertadora de los Mangos de Baragua el 22 de octubre de 1895 por José Miró Argenter en “Cuba Crónicas de la Guerra (La Campaña de Invasión) - Tomo I: Segunda Edición” de la Editorial Lex, 1942: “El día 22 de Octubre partió de Baraguá la columna expedicionaria, tomando el camino de Holguín por la margen derecha del Cauto, vía que no recorrían los españoles y la más breve para llegar sin obstáculos al territorio de Camagüey. Si el general Martínez Campos estaba prevenido, como era de suponerse, contra los intentos del jefe cubano, le sería muy difícil llevar a cabo cualquiera operación estratégica sobre la línea divisoria del departamento Oriental, en atención a la larga distancia que necesariamente tendría que salvar la columna que saliera de Holguín, acto indispensable para el buen éxito de la operación.”
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