Thursday, July 8, 2010

Fotos de La Habana

La Habana

Ya que mencionamos los Blogs, aunque sólo presentamos uno y son varios más, otra área donde trabajamos fue en un nuevo sitio de los pueblos en la Provincia de La Habana, al cual llamamos Fotos de La Habana. Todos los pueblos que enseñamos tienen algo en particular que nos atrae, como todos los pueblos de Cuba, per5o como son muchos, vamos a presentar cuatro de ellos por el momento y esperamos en el futuro irlos enseñando los que tenemos hasta ahora y los que en el futuro logremos añadir.

En las Fotos de la Ciudad de La Habana, ponemos una pequeña introducción para reservarle el lugar a la ciudad capital, pero aun falta mucho. Esperamos después que logremos unos arreglos en otros sitios Web que tenemos volver y hacer mucho más en este sitio que ya ha tenido un buen principio y en la Ciudad de La Habana en particular.

Guanabacoa

Se lograron tres páginas en las Fotos de Guanabacoa. Una de ellas en particular fue un gran placer hacerla ya que se trata del parque infantil de los manantiales de La Cotorra. Muchas memorias alegres brotaron de nuestros recuerdos según trabajábamos en esta página.

Marianao

El otro gran placer de este comienzo fue la sección de Fotos de Marianao ya que de la “Ciudad que Progresa” presentamos el Parque Almendares, con la belleza del puente de la Avenida 26 sobre el río Almendares.

Isla de Pinos

Aunque tal vez la sección que consideramos más impresionante es la de Fotos de Isla de Pinos con una sección dedicada a la tétrica Prisión Modelo. A continuación algunos datos de Isla de Pinos.

“Situada al S de la Provincia de La Habana y formando parte de sus municipios está la Isla de Pinos, que Cristóbal Colón llamó Evangelista y que se convirtió en isla de leyendas y de piratas inspirando a Robert Louis Stevenson la famosa narración de la Isla del Tesoro.


“Partiendo del puerto de Batabanó se llega a ella después de recorrer los 120 kilómetros que la separan de aquel puerto.


“Su situación es maravillosa ya que está colocada en el límite meridional de la plataforma insular y goza además de un clima delicioso, cuenta con aguas medicinales entre las que merecen citarse las de Santa Fe que se caracterizan por su radioactividad, por ser bicarbonatadas, cálcicas, magnésicas y termales, destacándose entre sus manantiales los llamados: La Magnesia, El Hierro, El Respiro y el del Doctor Díaz.


“Al enfrentarse con esta isla se puede apreciar que la informan dos aspectos bien definidos: una N apta para ser habitada por el hombre y donde radican sus centros más importantes de vida y otra S, cenagosa y baja. Ambas están separadas por la llamada Ciénaga de Lanier que viene a ser como una frontera natural.


“Su forma viene a ser casi circular, pero en su extremo SO sale una lengua de tierra que rumba hacia el NO con una extensión de unas 12 millas y que forma la llamada Bahía o Ensenada de La Siguanea.


En lo físico se puede dividir en dos grandes zonas: septentrional y meridional, separadas por la ciénaga llamada Siguanea, que se extiende de este a oeste. En la primera, grandes llanos en parte arenosos, alterados por alturas notables más o menos enlazadas, de las cuales bajan corrientes abundantes; la segunda, que es la menor, es pedregosa y de relativa fertilidad. En la parte septentrional se extiende de este a oeste, una cordillera que forma dos vertientes. En ella se destacan la Sierra de la Cañada y la Sierra del Caballo. Están también el cerro de San Pedro, al este de la Cañada, que es fuente del río de su nombre, y el cerro de Montelargo, al sureste de la Cañada, donde nacen los arroyos Grande y Tunas. La Sierra de la Caba, a unos dos kilómetros de la Cañada, y el Cerro de la Daguilla. El Cerro de la Cunagua, a dos kilómetros al noreste del de San Pedro, el del Mal País, hacia el centro de la isla a dos kilómetros del Cerro de la Daguilla. Los Cerros de Ají, separados por abras, son áridos y distan tres kilómetros al noroeste del de la Daguilla. La Sierra de San José y el Cerro de la Natividad dan origen a varios arroyos minerales y a los ríos Callejón y Piedras, formando juntos el de Las Nuevas. La Sierra Pegueca está separada por un abra de la de Caballos. La Sierra del Columpio, inmediata al norte de la de Caballos. Y siguen luego una variedad de pequeñísimas alturas, denominadas Juan de La Mar, Siguanea, Maniadores y Cristales.

Isla de Pinos fue descubierta por Cristóbal Colón en su segundo viaje en el año 1494 y bautizada con el nombre de Evangelista. Permaneció olvidada de España y de los gobernadores en Cuba. El corsario Drake la reconoció en 1596, es decir, un siglo más tarde, en la época de sus rapacidades y así todos cuantos se lanzaban a sus aventuras por las Antillas. En 1627 fue mercedada al capitán Hernando de Pedroso, pasando de tiempo en tiempo a manos de sucesores, quienes en permutas y transacciones fueron obteniendo sus pequeños beneficios de tierras, que muchos de ellos no conocieron y que ninguno cuidó nunca personalmente. Y así, sin que esa isla mereciera atención oficial ni cuidado su población, llegamos al año de 1773, en que el capitán general Felipe Fonsdeviela dispuso que la Isla de Pinos contribuyese anualmente al abasto de La Habana con algún ganado. Anteriormente, en 1765, el Conde de Ricla se propuso colonizarla, pero a su partida para España su proyecto pasó al desván. Hubo sí el empeño de su propietario y “gobernador” Domingo Duarte en hacerlo y no fueron pocos sus esfuerzos, pero nadie se interesaba por su proyecto.

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