Del 13 de enero en el Calendario Cubano
13 de enero de 1896 - La Invasión Libertadora en Pinar del Río: Avanza de La Palma a Laguna de Piedra (Viñales), en total 6 leguas recorridas. La columna invasora acampó en Laguna de Piedra. Los exploradores se aproximan a la población de Viñales, sosteniendo fuego con los voluntarios de guarnición.
Alzamiento en Remates de Guane. Por Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 31-32 nos describe los acontecimientos del 13 de Enero de 1896: El pueblo vueltabajero no fue durante mucho tiempo juzgado debidamente desde el punto de vista patriótico. Se le atribuía tibieza, cuando no absoluta indiferencia, ante el magno problema de romper las cadenas de la esclavitud política. Se creía por cubanos que se preciaban de conocer el sentir de todo el país que allí no tendría eco el grito de independencia o muerte que de monte en monte y de llano en llano corría por las tierras orientales. No se tenía presente que Pinar del Río había carecido de oportunidades para mostrar sus inclinaciones en los primeros meses de la insurrección del 24 de febrero de 1895. Empeños como los realizados en San Juan y Martínez y en la capital de la Provincia cabalmente al tiempo de partir Antonio Maceo de Baraguá, en octubre de 1895, murieron al nacer por extemporáneos o prematuros. No fue siquiera preciso que la columna invasora marchase a lo largo de la región para que los patriotas tomasen las armas. Cuando aun el Lugarteniente se encontraba por el Oriente de Vuelta Abajo, ya en el extremo occidental lucía desplegada la bandera de Cuba libre. Las gentes virtuosas en el amor al suelo nativo y a los derechos inalienables del hombre no necesitaron nunca ser espoleados para correr al campo de la lucha cruenta. Fue el 13 de enero de 1896 el día escogido por los pinareños del extremo occidental para rebelarse con las armas en las manos contra la soberanía de España en Cuba. El fausto suceso ocurrió en el territorio ocupado en la división geográfica primitiva por el cacicazgo de Guanahacabibes, en la península del mismo nombre. El caserío de El Cayuco fue teatro de la actitud asumida por los que, con Manuel y Ramón Lazo y Policarpo Fajardo a la cabeza, proclamaron la independencia patria e iniciaron la organización del primer escuadrón vueltabajero, el mismo que una semana después desfiló en Guane a presencia del Lugarteniente. La injusta leyenda de la indolencia patriótica de los occidentales comenzó a quedar completamente desmentida”...
Del 15 de enero en el Calendario Cubano
15 de enero de 1934 - El doctor Ramón Grau San Martín renuncia al cargo de Presidente de la República de Cuba. Lo sustituye Carlos Hevia, que sólo duró 24 horas en el cargo.
15 de enero de 1928 - Visitó La Habana el presidente Calvin L. Coolidge: En la tarde del 15 de enero de 1928 llegó a la Ciudad de La Habana el presidente de los Estados Unidos, Calvin L. Coolidge. El motivo de la visita fue presidir la sesión de apertura de la Conferencia Panamericana. Mr. Coolidge y su esposa fueron recibidos en la escalinata de la Capitanía del Puerto por el presidente Machado y su esposa. Más de doscientas mil personas llenaban el litoral y las calles adyacentes hasta el Prado desde más allá de la Plaza del Maine hasta la Capitanía del Puerto. En todo su recorrido de la Capitanía del Puerto al Palacio Presidencial una lluvia de flores cayó sobre el auto presidencial.
Del 16 de enero en el Calendario Cubano
16 de enero de 1955 - “El 16 de enero llegó el nuevo Nuncio Papal, Monseñor Luis Centoz. En el aeropuerto de Rancho Boyeros se le tributó un excepcional recibimiento, presidido por el Cardenal Arteaga.”
16 de enero de 1897 - Asalto del tren de Regla a Guanabacoa. Por Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 37-38 nos describe los acontecimientos del 16 de Enero de 1897:
“La noche del 16 de enero de 1897 ocurrió casi a las puertas de La Habana un suceso que tuvo naturalmente que alarmar a las autoridades españolas residentes en la capital de la Isla. Cuando no hallaban reparo los servidores del régimen colonial para alardear de que la provincia de La Habana estaba en absoluto desalojada por los insurrectos, dieron éstos señales inequívocas de vida y de energía entre Regla y Guanabacoa. La caída de Antonio Maceo había sido un golpe rudo para la Revolución, mas sus huestes supieron mantenerse con vigor, disciplina y arrojo y recordar al envalentonado enemigo que se encontraban prestas a medir sus armas con las defensoras de una metrópoli sin alientos para detener el torrente generador de la independencia de Cuba. Con el segundo cuerpo del regimiento de caballería Habana, Néstor Aranguren, uno de los jefes más jóvenes de la Revolución, atacó y capturó el tren de viajeros de Regla a Guanabacoa, a las diez y media de la noche del 16 de enero de 1897, al realizar el último viaje entre ambas poblaciones. La riesgosa operación quedó consumada tal, como se la había imaginado el animoso e intrépido coronel. Interrumpida la marcha del ferrocarril mediante el descarrilamiento preparado, aprehendió Aranguren a los oficiales y soldados que encontró y en libertad dejó a unos setenta paisanos que allí iban. Tras una escaramuza sostenida con el destacamento enemigo de la Quinta Menocal, Aranguren, con los suyos y los prisioneros, emprendió la marcha que duró hasta las cinco de la mañana del 17 de enero, en que vivaqueó en el demolido ingenio San Joaquín. Además de los prisioneros aludidos -todos eran oficiales e individuos de tropa naturales de España-, Aranguren condujo en calidad de detenidos a un bodeguero, conocido delator y espía, y al segundo teniente Bernardo Barrios, cubano al servicio de los opresores de su patria. Que Aranguren era hombre inflexible cuanto riguroso en el cumplimiento de lo que juzgaba su deber, quedó entonces plenamente probado. Para con el traidor y el espía capturados la severidad de su criterio se manifestó sin menoscabo ni flojedad. Cuatro horas después de llegar al San Joaquín, y muy cerca del paradero de Minas, fueron ahorcados el bodeguero y el segundo teniente Bernardo Barrios: La Ley Penal de la República en armas era tan dura como entero resultaba el carácter de Aranguren, y bien pudo prescindirse de toda forma de proceso cuando al cabo no había de ser sino la que fue la suerte de los dos ajusticiados”...
Del 21 de enero en el Calendario Cubano
16 de enero de 1896 - Máximo Gómez en las inmediaciones de Güines. Por Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 47-48 nos describe los acontecimientos del 21 de enero de 1896:
“En los anales de las guerras de Cuba hubo pocos momentos históricos en que la actividad de los soldados de la libertad se manifestase más intensamente que a principios de 1896. Fue aquél, en realidad, el año crítico de la insurrección del 24 de febrero. Estaban a prueba la acometividad y la audacia del cubano rebelde. El oportuno y buen uso de semejantes cualidades, tan decisivas en las luchas armadas, determinó el fracaso definitivo de los cuerpos de ejército enviados desde la Metrópoli para conservar la Colonia. Las serranías y llanuras de Vuelta Abajo resultaron teatros de nuevas hazañas del Lugarteniente. Al plantar la enseña de Guáimaro en los confines de Poniente, proeza estupenda, quedaba realizado uno de los objetivos de mayor riesgo del plan convenido en el campamento de Baracoa, en la provincia de La Habana, el 7 de enero de 1896, por Antonio Maceo y Máximo Gómez. En el entretanto ¿que hacía el Generalísimo? Como apuntó uno de sus biógrafos, el Generalísimo, con el fin de llamar hacia sí la atención del enemigo, mientras el Lugarteniente ejecutaba su magnífica correría, llevo a cabo en la provincia de La Habana movimientos en todas direcciones, que, por la pequeñez del campo en que se realizaron, por lo poblado de la región, por las fuerzas contrarias en ella acumuladas, por los medios de comunicación de que las mismas disponían, por la cercanía de la capital de la Isla y por su propia persistencia, fueron asombrosos y constituyeron prueba fehaciente de las extraordinarias cualidades estratégicas del gran caudillo, de su prodigiosa resistencia física y de su indomable energía. Asombrosa fue, realmente, la campaña del mayor general Máximo Gómez en la provincia de La Habana. Asaltos de poblaciones, correrías incesantes y combates reñidos tuvieron en el Generalísimo un ejecutor admirable. Pero su desenfado no se tradujo sólo en acciones calificables propiamente de bélicas, sino también en actos de presencia resonantes. Tal fue, y no fue la única, su operación del 21 de enero de 1896. Después de pasar por Tapaste en las primeras horas del día llegó, ya por la tarde, a las inmediaciones de Güines, y allí, junto a la risueña villa del Mayabeque, con grande aparato y sugestiva arrogancia, estableció su vivaque el General en Jefe del Ejercito Libertador”...
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