Saturday, February 12, 2011

Pueblos y ciudades de la Provincia de La Habana, Cuba


La ciudad de Santiago de las Vegas es una de las ciudades más antiguas y de mayor importancia económica en la provincia de La Habana. No muy lejos del centro capitalino nacional, Santiago de las Vegas es la ciudad de mayor población más cercana al aeropuerto José Martí, el cual es el de mayor tránsito en Cuba.

El terreno en el Municipio de Santiago de las Vegas es llano en la mayor parte de su territorio. Al sureste tiene algunas lomas destacadas de la sierra de Bejucal. Varios ríos discurren por su suelo, siendo los principales el Almendares, el Govea y el arroyo Jíbaro. De acuerdo a Leví Marrero, 1957, pgs 451-464, Santiago de las Vegas se encuentra en la subregión de Alturas de La Habana-Matanzas. Esta sección comprende la parte norte de las dos provincias mencionadas, desde Marianao hasta Cárdenas.


La ciudad de Santa Cruz del Norte es la cabecera del municipio por su propio nombre. Esta ciudad se encuentra en la costa norte de la provincia de La Habana, Cuba, en la desembocadura, o boca, del río Santa Cruz. Su fundación data del año 1800, siendo en aquel entonces sus numerosos pobladores pescadores que se instalaron en este lugar. En 1827 contaba con diez casas ocupadas, siete almacenes de depósito de los frutos que por cabotaje se enviaban a La Habana, dos pulperías y una tabaquería. El poblado fue prosperando gracias al incremento del tráfico y en 1847 ya estaba formada una calle ancha y perfectamente pavimentada con dos grandes almacenes de depósito de mercancías, cuatro casas de mampostería, veinte de tabla y seis de guano, las cuales eran habitadas por cien personas, de las cuales veintinueve eran esclavos. El mismo año de su fundación, el Marqués de Someruelos, capitán general de la isla, mandó construir un fuerte para resguardar dicha zona de las acometidas de los corsarios. Se creó su ayuntamiento en 1899, el cual fue suprimido en 1902 y unido al de Jaruco. Se restableció el municipio en 1933.

En 1940 el término municipal de San Antonio de las Vegas integraba el partido judicial y distrito fiscal de Jaruco. Al Municipio de Jaruco le fueron segregados durante el período de 1931 a 1943 los barrios de Boca de Jaruco, Jibacoa y Santa Cruz del Norte, para formar el Municipio de Santa Cruz del Norte. El terreno en el Municipio de Santa Cruz del Norte es una composición de alturas regulares y bellos valles fértiles. Se distinguen las Sierras de Sibanimar y del Arzobispo, del grupo de La Habana-Matanzas, de la serie de las que se extienden junto al litoral septentrional. Riegan sus suelos los ríos Santa Cruz, Jibacoa y Jaruco, además de otros menores.


El Municipio de Jaruco es uno de los veintiséis municipios en la provincia de La Habana. Su territorio cubre una superficie de 518 kilómetros cuadrados. Al norte limita con el municipio de Santa Cruz del Norte, al este con el de Aguacate, al sur con Güines, y al oeste con los términos municipales de San José de las Lajas y Guanabacoa. En 1940 el término municipal de Jaruco era partido judicial y distrito fiscal. Le fueron segregados durante el período de 1931 a 1943 los barrios de Boca de Jaruco, Jibacoa y Santa Cruz del Norte, para formar el Municipio de Santa Cruz del Norte.

La ciudad de Jaruco es la cabecera del término municipal por su nombre en la provincia de La Habana, Cuba. Se encuentra situada sobre el declive de una pequeña colina. Los orines de su fundación datan del año 1762, en que el señor Beltrán de Santa Cruz adquirió el corral de Jaruco y propuso al gobierno de España la formación de una población. Propuesta que fue aceptada por el rey, quien le otorgó el título de Conde de San Juan del Jaruco con jurisdicción sobre ella. Pero no por ello la población se formó. La señora condesa de Jaruco no tenía ninguna prisa y no obstante las instancias del capitán general, quien estaba interesado por motivos políticos y estratégicos. Sólo se decidió terminar en 1775 una iglesia, que se substituyó al curato de San Matías de Río Blanco, y repartir algunos solares a familias oriundas de Canarias de reconocida moralidad y buena conducta. La señora era muy económica y no quería gastos ni perturbaciones, por ello tomaba sus precauciones. La concesión del rey fue para crear una ciudad y la condesa prefería un poblado.


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