Thursday, January 6, 2011

Del Calendario Cubano - Enero


Revista Bohemia

Algunos días del mes de enero en el Calendario Cubano:

Del 10 de enero en el Calendario Cubano

10 de enero de 1896 - La Invasión Libertadora en Pinar del Río: Avanza de San Juan a Bahía Honda, en total 6 leguas recorridas.

10 de enero de 1895 - Fracasó el Plan de la Fernandina (Florida, USA) donde tres expediciones simultáneas (tres barcos con armamento) tienen que ser abandonadas. En el puerto son confiscados los barcos Lagonda y Baracoa y en alta mar el Amadís que ya había partido hacia Costa Rica a buscar a los Maceos, Crombet y otros patriotas en su espera.

Revista Bohemia

Del 11 de enero en el Calendario Cubano

11 de enero de 1907 - Se colocó la primera piedra de la Catedral de la Iglesia Anglicana (llamada comúnmente Episcopal en Cuba) en La Habana, en la esquina de las calles Aguila y Neptuno. La localidad de la futura catedral, Santísima Trinidad, fue bendecida y la primera piedra colocada en un acto que asistieron Mr. Charles Magoon, gobernador provisional de Cuba, la esposa del general Bats y el ministro Mr. Morgan.

11 de enero de 1896 - La Invasión Libertadora en Pinar del Río: Avanza de Bahía Honda a Las Pozas (Consolación del Norte), en total 4 leguas recorridas.

11 de enero de 1869 - El 18 de octubre de 1868 los patriotas comandados por Carlos Manuel de Céspedes y los de Donato Mármol que se le habían unido ponen sitio a Bayamo y la toman tres días después por la rendición del gobernador militar de la plaza, teniente coronel Julián Udaeta, con su guarnición. La ciudad, que estuvo en poder de los revolucionarios hasta el 11 de enero de 1869, en que sabedores los bayameses que iba el conde de Valmaseda con una numerosa fuerza, la abandonaron y prendieron fuego para que no pudiera aprovechar en nada al odiado adversario. La ciudad entera, unánimemente, los pobres y las grandes familias, supieron hacer espontáneamente el sacrificio heroico de seguir hacia lo desconocido antes que prestar vasallaje.

11 de enero de 1851 - Acuerdo del Ayuntamiento de La Habana para que en lo sucesivo todos los acordelados o alineamientos de fachadas se practiquen por dos maestros mayores de la ciudad, sin cobrar más derechos que cinco pesos dos reales fuertes.

Consolación del Sur

Del 15 de enero en el Calendario Cubano

11 de enero de 1934 - El doctor Ramón Grau San Martín renuncia al cargo de Presidente de la República de Cuba. Lo sustituye Carlos Hevia, que sólo duró 24 horas en el cargo.

11 de enero de 1928 - Visitó La Habana el presidente de los Estados Unidos Calvin L. Coolidge: En la tarde del 15 de enero de 1928 llegó a la Ciudad de La Habana el presidente de los Es­tados Unidos, Calvin L. Coolidge. El motivo de la visita fue presidir la sesión de apertura de la Conferencia Panamericana. Mr. Coolidge y su esposa fueron recibidos en la escalinata de la Capitanía del Puerto por el pre­sidente Machado y su esposa. Más de dos­cientas mil personas llenaban el litoral y las calles adyacentes hasta el Prado desde más allá de la Plaza del Maine hasta la Capitanía del Puerto. En todo su recorrido de la Capitanía del Puerto al Palacio Presidencial una lluvia de flores cayó sobre el auto presidencial.

11 de enero de 1896 - La Invasión Libertadora en Pinar del Río: Avanza de Caiguanabo (Consolación del Norte) a Pilotos (Consolación del Sur), en total 7 leguas recorridas.

11 de enero de 1887 - Un Discurso de Manuel Sanguily.

Por Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 35-36 nos describe los acontecimientos del 15 de Enero de 1887:


“Manuel Sanguily jamás dejó de combatir los excesos y miserias del régimen colonial en Cuba. Veinte años tenía cuando empezó a servir a la insurrección de 1868 con el esfuerzo de su brazo y los destellos de su talento. Ofreció entonces a la patria cuanto poseía, y allá, en los diez años de fatigosa y cruenta lucha contra la soberanía de España en Cuba, sacrificó casi todo el mejor período de su vida. Vuelto el país a la paz material proveniente del pacto de El Zanjón, desde aquel suceso hasta el de la insurrección de 1895 Manuel Sanguily supo ser en la tierra cubana encarnación de la rebeldía indomable. Como en la guerra blandiendo el machete, en la tregua iniciada en El Zanjón flageló con su palabra grandilocuente el poder de la vieja nación conquistadora. Una prueba fehaciente de ello fue su enérgico discurso sobre los elementos y caracteres de la política en Cuba, pronunciado la noche del 15 de enero de 1887 en el Círculo Liberal de Matanzas. "De todas maneras -dijo aquella noche, entre otras muchas cosas, Manuel Sanguily-, es cierto, es positivo, que el ciudadano, el hombre político, goza en Cuba de personalidad jurídica; pero no así el, hombre natural, el hombre real, producto de toda la civilización moderna; porque aquí el hombre, el ser humano y libre en el seno de la Naturaleza y del derecho contemporáneo, es anulado, apaleado como aquellos súbditos del ruso Iván, vilipendiado precipitadamente por quien tiene el deber de protegerlo, por el Estado, cuya única misión, cuya razón única de existir, es la defensa del individuo en todas las manifestaciones de su vida. "Estamos gobernados, mandados, por descendientes y herederos de quienes aprendieron en luengos siglos de guerra y de inquisición el desprecio más absoluto del derecho y de la vida humana. "En una situación contradictoria y absurda como ésta pienso que debe ceñirse la actividad política a la esfera de la propaganda pacífica, en la obra de inculcar una doctrina; porque -tratándose de un partido que no es más frente al poder, esto es, a otro partido, que un sistema de ideas enfrente de otro sistema de ideas-, creo que lo más propio, acaso también eficaz, pero siempre seguramente digno, es la propaganda... Pero en defensa de la dignidad pisoteada, estoy seguro de que lo único indigno es la propaganda; pues en tales desordenadas situaciones, en que el derecho desaparece para el que lo ultraja y para el que lo pierde, no hay más remedio que oponer la fuerza a la fuerza... Señores, agradezco satisfecho vuestros aplausos, que no me sorprenden; porque estoy en la ciudad en que el valeroso órgano de los liberales en la prensa ha sabido, altivo y digno, condenar con indignación ciertos procedimientos salvajes conocidos del público, y ante ellos, si se elevasen a sistema, debemos, primero que consentir cobardes en nuestro vilipendio, alzar resuelto el brazo que realizó tantas maravillas en tiempo no lejano, y demostrar que, cuando se pretendiere reducirnos a la abyecta condición de nuestros antiguos esclavos, sabemos -dominados de santa ira- renovar las antiguas hazañas de la guerra..."


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